El líder supremo de Irán, Ali Khamenei, después de varios días de silencio salió públicamente a «celebrar» y proclamar lo que considero una «victoria de la República Islámica» sobre Estados Unidos e Israel.
Según Khamenei, Irán infligió un «duro golpe» a EE.UU. tras atacar y dañar la base aérea de Al-Udeid, en Qatar, en el Medio Oriente. Asimismo, afirmó que el ingreso de Estados Unidos en el conflicto no logró su objetivo de proteger a Israel, describiéndolo como un «régimen sionista prácticamente noqueado y aplastado» por los ataques de Irán.