En una fiesta familiar se realizó una escalofriante confesión, cuando Domingo Velásquez Zurita totalmente embriagado dijo que la madre y hermano de este no los abandonaron, sino que hace 35 años les quito la vida y sepulto en el patio de su propia casa en el AA.HH, Leoncio Astete en La Oroya.
Un día después el hijo de Domingo Velásquez le pregunto a su papá por la confesión del día anterior, a lo que extremadamente nervioso comento que era mentira.
Pero, confiado en el refrán «los niños y los borrachos siempre dicen la verdad», relató a la policía la confesión de su padre por lo que ayer el Ministerio Público en conjunto con la PNP y el Ministerio Público fueron al sector de Leoncio Astete y en efecto hallaron los restos óseos de María Esther Huallpa Inga y su hijo Salvador Santiago quienes fueron reportados como desaparecidos en 1990.
Tras remover la zona cercada con madera y abandonada por los años encontraron los restos óseos humanos. Y aunque confesó Domingo Velásquez no ira a la cárcel debido a que el delito de asesinato prescribe a los 20 años.